jueves, 9 de octubre de 2008

La Crónica

"Mañana paso de escribir la crónica". Esas fueron mis primeras palabras al finalizar el partido de Bami. La rabia, impotencia y frustración se hicieron patentes en esta rotunda afirmación. Y es que ayer, las Ratas cayeron en el descuento y perdieron por 4-3, en un partido que nunca dieron por perdido, pero al que nunca terminaron de enchufarse. Y enchufados salieron las Urracas, que movidos por el tridente ex-ratero (Púa, Beni y Nacho) nos pasaron por encima en la primera mitad para ponerse con un cómodo 2-0. Las ratas estaban desorientadas y desconcertadas, quizás algo confiadas en que la remontada no se haría esperar. Pero tardó, y sólo con una buena jugada personal de Joaquín logramos acortar distancias. Pero ayer las Urracas sabían a lo que jugaban, y sin muchas llegadas a puerta, sí demostraron tener una gran eficacia de cara al gol. Así llegó el tercero, una jugada por banda de Beni, demostrando coraje, aguante y potencia, y aguantando las 15 o 16 tarascadas de fon, dio paso al tercer gol urraquense, que caía como un jarro de agua fría en las Ratas.
En ese momento las Ratas se vinieron abajo, pero entonces salió el coraje de las grandes ocasiones, el "o todo o nada", el "la gloria o el infierno". Así que nos fuimos arriba, presionando a la defensa, entrando duro a todos los balones, corriendo hasta el último segundo. Y fue así, cuando nuestro killer apareció con 2 zarpazos mortales para empatar el encuentro. Lo habíamos conseguido, había funcionado.
El partido expiraba y al fin lo teníamos controlado, con más cozarón que cabeza, pero controlado. Seguíamos teniendo ocasiones, y fallando lo infallable (además de 2 o 3 disparos a los palos). Pero entonces, justo antes del "vamonooooooooooo", las urracas nos mataron con un latigazo lejano de Nacho. Qué crueldad, qué cara se nos quedó, qué rabia, que coraje. Las Ratas merecieron más, por ocasiones y por entrega, pero no supimos rematar el partido. En esta ocasión no pudo ser, ya que perdonaron ante un equipo serio, que clavó las pocas que tuvo. "Enhorabuena Urracas, pero yo mañana, yo mañana paso de escribir la crónica"

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